jueves, 15 de noviembre de 2007

Poemas

Ramsés Ramírez Azcoitia

I.

De repente la fugaz cotidianidad siguió el rumbo de los cantos que azuzan a las palomas, tejas al vuelo y en el piso, arroz de prodigalidad, giraban anillos en el piso de un mil pies; ardorosos de calor en su bizantino aspecto. Conversando con sus partes confundidas en otras voces al mismo ojo se abrían paso.

El ave que ofrenda sus alas como corona de sombra para que nítido sea su velo, cerca la frente una mano que saluda tu imagen con estrecho ardor; sangre mora en él en él viso, y a un lado nos hacemos para que las puertas sean abiertas.

Hermoso es el tilo que conduce a la cámara marital a celebrar las nupcias lejos del despojo; la luz comensal en las sabanas, la risa comensal entre las mejillas;

Nos avisan espadas en el horizonte y las banderas agitan al mar con nuestra partida y en el cielo y en la tierra un imposible movimiento trata de continuarse:

En el aire un beso se deshace y su condición natural de plegaria hace a todos en paz arrodillarse; sale herida, arena en la esperanza.

Quemamos la rutina con erizadas noches, cuernos que secan la voz lampiña de su cacería, irnos en hibrides en barcos del estío, donde las amarras es un instigarse a la nausea. Oh voz olvida la noche que ya regresa el día a soltarlas y con su fatiga la luz de la esposa a consumir el día, entonces eternal vuelve al reposo.


I.


Conciliado el sueño casi

el tumulto espiga

por donde asoma su herida

casi paloma casi cosquilla

pluma y penduló

—carne, tú gula, yo cuerpo—


La silente antigua

en su lecho mineral

haciendo rauda tiza

la noche calina

—carne, tú gula yo cuerpo—


Cayendo a coro leve

en el inmenso cielo que me roe

—carne tu cuerpo, yo gula—


I.


“La insignia del vapor el aire henchía

donde el cigarrillo era fumado.”


Es un error de descripción

pero si el hilo de la narración se desborda

puede enseñarnos un nuevo trazo.


Fuera de ahí los cuerpos,

de los suecos

que no hacen más ligero tu andar,

corre siempre ligera Dulcinea,

para que el antiguo no te alcance con su hechizo.


Acaso despreciaste el bebedizo que hizo desaparecer generaciones?

No!

Cerrabas tus labios con fuerza

para que la nada no te hiciera más nada,

negabas la sopa.


II.


Pero uno tiene que aprender a recordar,

deshacer con el tiempo su ceniza,

volver a su vegetación fénica.


III.


Atrapada Dulcinea

gira en el molino de los locos,

redobla su campanilla


Y el viento yace en los estribos

al más dulce jinete;

perder la memoria

sin acordarse de que muere

encontrando algo de miel en el entorno.


I. Prometeo


Suelo antes del que flota

no puedo hurgar en tu nombre,

una piel de escamosas burbujas

era mi intención

ante la potencia de tu “hola”.


Tu cuerpo alcanza a vibrar

en la colmena de la noche

en la entrada al refugio de lo eterno

—aldaba y acantilado—

en la nitidez de tus ojos

en el número de tu esposo.


Yo sólo la promesa detesto,

olimpo en deshielo,

y con latir mortal

me reconozco en tu ardoroso cuerpo.


Bajo aquella capa, la huella se hundía más

entre los labios de la nieve.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahhh! Lo que faltaba, ahora también poetas!! Bueno, lo único bueno de este sujeto es que sus textos no tienen pretención alguna, con esto me refiero a que no pretenden ser poemas, no pretenden ser nada jajaja. Bah!

Atte. Su requete peor peor enemigo

Anónimo dijo...

¿quièn serà ese requetepeor enemigo? digo, nada màs para saber, quièn es, dice Ezra Pound, no hagas caso de las critìcas de quièn no tenga una obra reconocible.

Anónimo dijo...

Pero Pound también dice: "no escriba líneas que no sean reveladoras!". Así que joven anónimo lea usted bien a Pound y agarre lo que pueda de él.
Además la crítica se hace conforme a juicios estéticos, hay ciertas reglas, y un criterio.
Y supongo que usted lo desconoce.

Atte. El pero enemigo

P.D. Y si lo que usted quería era citar para que nos diéramos cuenta de que "lee" o que ha leído a Pound es de muy mal gusto. Mejor lea y sáque sus juicios, no cite, háble por usted.